Por un lado el intendente de Villa Gessel o Pinamar o algo así medio carta esta sospechado de algo que nunca llegué a escuchar porque los noticieros solamente se dedicaban a pasar la conferencia de prensa.
Lo gracioso es que dicho intendente se llama Porretti.
O sea, si te llamas Porretti seguramente tarde o temprano vas a estar sospechado de algo.
En otro orden de cosas, salieron los robots sexuales. Son minitas robots que las podes penetrar, se saben un montón de posiciones, te susurran cosas al oído y hasta pueden gemir si les das masa muy fuerte.
Si tu fantasía son las extranjeras o las turistas con cámara de fotos, comprate una porque son japonesas.
Si se te acaban las pilas en la mitad, te queres matar.
¿Me pregunto si acabarles adentro no les arruinará los circuitos?
(Me fui al carajo con los comentarios subidos de tono pero prometo que es una de las pocas veces que lo voy a hacer)
La tercer y última noticia (que a mí me interesa) es que se acaba de levantar la huelga de guionistas en los EE.UU.
O sea, que las peores películas del mundo pueden tener ahora alguien mal pago y sindicalizado para que las escriba con muchas explosiones y tiros y patadas a lo Matrix (estoy seguro que en los guiones lo escriben así).
Vuelven las sit-coms y demás historias que el año pasado quedaron varadas en la mitad de la temporada. Mientras acá estiraron a más no poder Son de Fierro y la huelga de los actores duró lo que un pedo en una canasta y sacaron muy pocos beneficios. Aunque los guionistas de allá tampoco salieron taaaaaaaan victoriosos.
Y todo esto a pocos días de la entrega de los Oscars, que se podía llegar a suspender si no se llegaba a un acuerdo, cosa que pasó con la entrega de los Globos de Oro.
Que puta coincidencia, che!!!
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