miércoles, abril 16, 2008

El Gran Show

El Conductor anuncia que pronto veremos un Participante genial, diferente, que nos hará sentir mejores con nosotros mismos. Su gran proeza será tocar La Cucaracha en un xilofón.

A los pocos minutos, nos vuelve a anunciar la inminente llegada de su gran Participante, pero esta vez suma algunos detalles: el Participante no tiene todas sus facultades físicas ¡intactas. Nos emocionamos al escuchar su historia pero desconfiamos, porque tal vez el Conductor nos esté haciendo una broma. además, tocar La Cucaracha no es una proeza tan genial.

Finalmente, luego de varios anuncios más en los que se nos cuenta sobre el Participante, se abren las puertas y vemos una figura detrás de tanto humo. Cuando éste se disipa, vemos una delas habituales secretrias acercarse al Conductor y no entendemos nada. La cámara se acerca a la bandeja de plata que la secretaria lleva en la mano y recién ahí vemos al participante.

El terror nos embarga, la risa nos corrompe, la compasión nos golpetea. El Participante no ees más que un par de ojos y una oreja con un audífono.

Mientras el resto de las secrertarias acerca el xilofón, el Conductor hace una pequeña entrevista al Participante explicándonos que con un sólo parpadeo quiere decirnos SÍ, y con dos, NO. El Participante se muestra despierto, carismático, incluso gracioso en el momento en que juega a escaparse rodando de la bandeja.

Cuando todo está instalado, los ojitos empiezan a saltar por las teclas del xilofón y podemos reconocer más o menos la melodía tan anunciada.

Cuando termina, todos aplaudimos orgullosos y el Conductor emocionado le susurra algo a la oreja del Participante.

Nos vamos a dormir, con nuestro espíritu integrador renovado.

A la mañana siguiente, le subimos la ventanilla dedl auto a los chicos que nos vienen a pedir monedas en el semáforo.

(Digan lo que digan, fue un golpe bajo)

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